El valor
del medicamento
en la enfermedad cardiovascular

La Enfermedad Cardiovascular (ECV) engloba a las distintas dolencias y problemas relacionados con el corazón y los vasos sanguíneos. Cabría hablar por tanto de las enfermedades cardiovasculares, en plural.

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Estos problemas de salud a menudo se deben a la hipertensión arterial y a la aterosclerosis.

Principales enfermedades

Factores de riesgo

Principales tratamientos

Medidas preventivas

Alimentación
cardiosaludable

Equilibrada y variada. Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar. Sal, azúcares y alcohol sólo en pocas cantidades.

Ejercicio
físico

Media hora diaria. El que más se adapte a cada condición física: caminar, bailar, correr, actividades al aire libre…

Controlar
el peso

Calcular el Índice de Masa Corporal (IMC). Es la división del peso en kilos entre la altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.

No
fumar

Aun fumando poco se multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales

Tensión
arterial

En una persona sana debe estar por debajo de 140/90 mmHg. Si ya se ha sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o se es diabético, la tensión tiene que estar por debajo de 130/80 mmHg.

Grasa
abdominal

El perímetro abdominal a nivel del ombligo debe estar por debajo de 88 cm en la mujer y por debajo de 102 en el hombre.

Colesterol
y glucosa

Para mantenerlos a raya hay que seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas las cifras están por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa, hay que consultar con un especialista.

Estres y
ansiedad

El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable.

Tratamientos médico-quirúrgicos

La desfibrilación se basa en la aplicación brusca y breve de una corriente eléctrica de alto voltaje para detener y revertir las arritmias cardiacas rápidas (taquicardia ventricular sostenida, fibrilación ventricular), situaciones en las que el número de latidos cardiacos aumenta en exceso o se produce una actividad eléctrica desorganizada debido a que alguna zona o foco del corazón dispara impulsos de forma descontrolada que no son efectivos o producen una inestabilidad hemodinámica (deterioro de los signos vitales) que pueden llevar a una persona a una parada cardiaca. El choque eléctrico es un tratamiento de emergencia que, aplicado con el conocimiento y la formación precisa, permite salvar la vida del paciente al detener la arritmia.

Es un dispositivo electrónico diseñado para producir impulsos eléctricos con el objeto de estimular el corazón cuando falla la estimulación fisiológica o normal. Estos impulsos, una vez generados, necesitan de un cable conductor (o electrocatéter) que se interponga entre ellos para alcanzar su objetivo. De esta forma, un sistema de estimulación cardiaca consta de un generador de impulsos eléctricos (o marcapasos propiamente dicho) y de un cable. Los marcapasos, en general, están indicados para trastornos del ritmo cardiaco con disminución anormal de la frecuencia cardiaca.

Los stents son dispositivos que, colocados en el interior de las arterias o venas, ayudan a corregir su estrechamiento (estenosis) facilitando un mejor aporte de sangre en las zonas irrigadas. El uso de stents recubiertos o liberadores de fármacos (por ejemplo rapamicina y placlitaxel) mejoran la efectividad de estos dispositivos al disminuir las reestenosis.

Las lesiones o enfermedades de las válvulas cardiacas (valvulopatías) pueden ser corregidas quirúrgicamente mediante su reconstrucción o gracias a la implantación de prótesis valvulares, biológicas o mecánicas. Los episodios tromboembólicos continúan siendo una complicación importante en los pacientes con sustitución de alguna de las válvulas cardíacas, a pesar de los avances en el diseño de las prótesis, por lo que deben seguir tratamiento de anticoagulación.

El balón de contrapulsación intraaórtico es un dispositivo que se coloca en la arteria aorta descendente y que, mediante su inflado y desinflado, mejora la perfusión del corazón por un mayor flujo de sangre a nivel de las arterias coronarias, mejorando la función cardiaca.

Es la sustitución del corazón de un paciente (receptor), por el corazón de una persona fallecida (donante). La mayoría de las trasplantes se hacen en pacientes con enfermedad terminal del músculo cardiaco (miocardiopatía dilatada o isquémica) con una función muy deprimida del ventrículo izquierdo. Con menos frecuencia se indica en otras situaciones con daño irreversible del corazón y en algunas cardiopatías congénitas. España suma 26 años como líder mundial en donaciones y trasplantes, especialmente en el ámbito del trasplante de corazón.

Es una intervención quirúrgica consistente en facilitar el suministro de sangre a las zonas del corazón que más sufren la falta de riego, mediante la utilización de venas o arterias de otra parte del cuerpo. Está indicada en pacientes con enfermedad coronaria extensa (afectación de varios vasos), tras un infarto agudo de miocardio en el que no fue posible la revascularización percutánea.

Consiste en la ablación (resección) con radiofrecuencia de pequeñas áreas en el corazón que causan problemas en el ritmo cardíaco del paciente (arritmias).

Tratamientos farmacológicos

La administración de fármacos anticoagulantes y/o de antiagregantes plaquetarios son fundamentales para evitar coágulos en el interior de las arterias, en las venas o en las cavidades cardiacas que, en el caso de que lleguen a dificultar u obstruir la circulación sanguínea en el órgano interesado, ocasionan su lesión. Esta es una de las causas del infarto de miocardio, infarto cerebral, pulmonar o mesentérico.

Son medicamentos que actúan inhibiendo indirectamente la trombina uniéndose a la antitrombina acelerando su mecanismo de acción. Se dispone de dos tipos de heparinas: Heparinas no fraccionadas (HNF). Son de administración intravenosa o subcutánea. Actúan acelerando la acción de la antitrombina III e inactivan el factor Xa de la cascada de coagulación.

Heparinas de bajo peso molecular (HBPM). Al igual que las HNF, actúan sobre la misma vía para producir su efecto anticoagulante.Sólo requieran administración una o dos veces al día y que no requieran control de laboratorio para ajustar las dosis terapéuticas.

Incluyen la enoxaparina, dalteparina, tinzaparina, bemiparina, nadroparina.

Inhibidores de la vitamina K. Son fármacos que inhiben la síntesis hepática de los factores de coagulación dependientes de vitamina K. Están contraindicados en el embarazo por producir efectos teratogénicos. Requieren monitorización del tiempo de protrombina, expresado en forma de INR, mediante pruebas de laboratorio. En este grupo están el acenocumarol o la warfarina.

Anticoagulantes orales directos (ACODs) o nuevos anticoagulantes orales (NACOS).

Inhibidores directos de trombina. El principal fármaco de este grupo es el dabigatrán, que inhibe, forma directa y reversible, a la trombina, con eliminación vía renal. Otros fármacos de este grupo son deshirudina, lepirudina y argatrobán. Estos inhibidores directos de la trombina y los del factor Xa constituyen una alternativa para la prevención de ictus y otros fenómenos tromboembólicos.

Inhibidores directos del factor Xa. Actúan uniéndose al centro activo del factor Xa, inhibiéndolo de manera reversible y competitiva. Se eliminan vía renal y por heces. Este grupo en la actualidad incluye rivaroxaban, apixaban y edoxaban.

Son fármacos que actúan sobre el metabolismo de los lípidos (colesterol, triglicéridos), disminuyendo sus niveles en la sangre por lo que reducen este factor de riesgo de sufrir infartos de miocardio, infartos cerebrales o muerte cardiovascular en diferentes poblaciones. Producen una estabilización de la placa de ateroma, revierten la disfunción endotelial y disminuyen la trombogénesis. Actúan disminuyendo la fracción perjudicial del colesterol LDL y evitan que éste se acumule en las arterias del cuerpo (incluidas las coronarias). También actúan sobre otros niveles del metabolismo de los lípidos como es la reducción de los triglicéridos y el aumento discreto de la fracción buena del colesterol (HDL). De esta forma disminuye la progresión de estenosis (obstrucciones) en las arterias coronarias. Actualmente, en España existen siete estatinas disponibles: lovastatina, pravastatina, simvastatina, fluvastatina, atorvastatina, rosuvastatina y pitavastatina.

Comparten todas ellas la vía oral, una absorción en torno al 30% y una baja biodisponibilidad (5-51%). El metabolismo es fundamentalmente hepático, si bien hay diferencias en cuanto a la vía metabólica. Además, algunas estatinas tienen efectos pleitrópicos (producen muchos efectos además del princi-pal), como son acciones antioxidantes, antiinflamatorias, antitrombóticas o antiproliferativas, que se traducen en una reducción de la morbimortalidad, no explicables únicamente por la reducción del colesterol cLDL. Entre los efectos secundarios de alguna estatina se incluye la rabdomiolisis (inflamación y destrucción de células musculares) y los dolores musculares.

Los medicamentos de este grupo actúan sobre las plaquetas impidiendo que se inicien los procesos que llevan a la formación de un trombo, por lo que son un pilar fundamental del tratamiento de la enfermedad cardiovascular.

Ácido acetilsalicílico. Es el fármaco más utilizado para la prevención del infarto de miocardio y también en su tratamiento, ya que reduce la mortalidad si se administra precozmente durante un infarto. También es necesario su uso en los procedimientos de revascularización coronaria (angioplastia), previene el cierre o estenosis del muelle (stent) que se ha implantado en el vaso enfermo y se utiliza de forma indefinida en pacientes que ya han tenido un infarto o un accidente vascular cerebral, para prevenir la aparición de nuevos eventos.

Tienopiridinas. Dentro de esta familia de medicamentos encontramos el clopidogrel, el prasugrel, el ticagrelor y la ticlopidina. Se utiliza para sustituir al ácido acetilsalicílico en pacientes que no lo toleran, y es de uso conjunto en pacientes que han tenido un síndrome coronario agudo o en los que tienen un stent coronario.

Inhibidores de la glicoproteína IIb-IIIa. Su administración es exclusivamente hospitalaria en caso de un síndrome coronario agudo.

Un betabloqueante es un fármaco que bloquea el receptor beta adrenérgico de tal forma que impide la unión de la catecolamina y evita su estimulación. El efecto final es una reducción de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la contractilidad (fuerza del corazón) favoreciendo la diástole (llenado) cardiaca y mejorando la función del corazón y el flujo de sangre a las arterias coronarias. Está indicado en casos de angina de pecho, arritmias, insuficiencia cardiaca, miocardiopatía hipertrófica y para la prevención de nuevos infartos.

Estos medicamentos actúan bloqueando el sistema renina-angiotensina, uno de los mecanismos más importantes que tiene el cuerpo para regular la tensión arterial Tanto los inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina (IECA) como los antagonistas de los receptores tipo 1 de la angiotensina II (ARA-II) se han demostrado efectivos en el tratamiento de la hipertensión arterial (HTA), que es uno de los factores de riesgo cardiovascular. Se está investigando su eficacia en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Los ARA-II tienen muchas características comunes con los IECA, con la diferencia de su mejor tolerabilidad. En ensayos recientes han mostrado un papel específico en algunas situaciones. En pacientes con HTA esencial e hipertrofia ventricular, se observó que ofrecían una protección cardiovascular superior al tratamiento con bloqueadores beta, especialmente en casos con diabetes. Este mayor beneficio también se ha observado en pacientes con HTA sistólica aislada y en ancianos. En la insuficiencia cardiaca, los ARA-II ofrecen una eficacia similar a los IECA y la combinación de ambos puede ocasionar un beneficio añadido. En pacientes con disfunción ventricular tras un infarto de miocardio, los ARA-II pueden ser una alternativa de tratamiento.

Nuevo grupo de anticuerpos (Ac) monoclonales con importante efecto hipolipemiante, especialmente indicados en hipercolesterolemia familiar o no familiar, pacientes intolerantes a las estatinas y pacientes en prevención secundaria que no logran alcanzar resultados adecuados con las opciones terapéuticas habituales. Incluye el evolocumab y el alirocumab.

En la actualidad

Hay ensayos clínicos en distintas fases de desarrollo para diversas enfermedades cardiovasculares.

El futuro del tratamiento

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