- FarmaIndustria - https://www.farmaindustria.es/web -

“Los países que apuestan por la industria que genera conocimiento son los que crean más riqueza y empleos de calidad”

Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, en el II Simposio del Observatorio de la Sanidad de El Español

La industria farmacéutica ha sido uno de los sectores sobre los que se han puesto todos los focos tras desatarse la pandemia. Sobre todo, cuando se vio con claridad que sólo los tratamientos y vacunas serían la solución contra este letal virus. Año y medio después, el balance del trabajo de este sector es que ha respondido “con matrícula” a lo que se esperaba de él. Así lo destacó el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, este martes en el II Simposio del Observatorio de la Sanidad, dedicado a Las lecciones de la Covid-19 y organizado por El Español, en el que analizó el papel de la industria farmacéutica durante la pandemia, sus principales desafíos y las necesidades futuras para, en el caso de España, seguir siendo uno de los sectores líderes para la reactivación.

Sobre la ardua tarea de hallar vacunas seguras y eficaces, recordó que las compañías farmacéuticas se encontraron ante tres grandes retos: primero, el de la I+D, para lograrla cuanto antes; segundo, el de la producción, por las dificultades y tiempo que necesita la producción de una vacuna y por la necesidad de conseguir miles de millones de dosis en poco tiempo, y tercero, el de la distribución de las vacunas por todo el mundo. “La industria farmacéutica ha protagonizado una movilización de recursos científicos y económicos sin precedentes” y en colaboración con la comunidad científica, gobiernos y autoridades reguladoras para lograr que en menos de 9 meses ya hubiera una vacuna disponible. “Necesitaremos tiempo para entender en su medida la relevancia de este logro”, afirmó.

La respuesta al segundo reto, el de la producción, también ha sido sobresaliente: ya se han administrado en el mundo más de 5.000 millones de dosis; a final de septiembre habrá disponibles más de 7.500 millones, y se espera que a final de año se hayan producido más de 12.000 millones de vacunas. “Antes de la pandemia, la capacidad mundial de producción anual de vacunas era de poco más de 4.000 millones. En un año habremos triplicado esa capacidad sólo para el caso de las vacunas contra la Covid. Y se espera que en junio de 2022 superemos los 24.000 millones”, explicó el presidente de Farmaindustria.

Y esto ha sido posible gracias a los acuerdos entre compañías desarrolladoras de vacunas y empresas productoras [1], que implican transferencia de tecnología y conocimiento y que garantizan una producción en las mismas condiciones de calidad, eficacia y seguridad en un proceso tan complejo como el de la producción de vacunas, que son productos biológicos. Se han firmado ya más de 300 acuerdos entre compañías, que se traducen en que haya 83 plantas produciendo vacunas en 70 países.

Con estos datos, López-Belmonte respondió al debate planteado meses atrás sobre la posibilidad de suspender patentes para acelerar la producción. Estos acuerdos entre compañías y el éxito que están teniendo, dijo, no hubieran sido posibles sin la existencia de la propiedad industrial: “La razón de ser de las patentes es permitir que el conocimiento que generan las compañías innovadoras salga de ellas y se traslade a la sociedad. Abrir este debate en medio de la pandemia es desviar la atención, que debe estar ahora centrada en garantizar una distribución rápida y equitativa de las vacunas en todo el mundo”.

Apuesta por investigar y producir en España

Aplicando a España esta experiencia de la lucha contra la pandemia y sus lecciones clave, como que es la ciencia, la investigación biomédica, la que nos está sacando de ella y que, por tanto, hay que invertir en investigación en nuevos medicamentos, el presidente de Farmaindustria insistió en que nuestro país tiene una oportunidad de estar en vanguardia y atraer más inversión internacional gracias a su liderazgo en ensayos clínicos de medicamentos. Para ello, subrayó el compromiso de las compañías farmacéuticas y propuso trabajar en colaboración con la Administración en una estrategia de país, si bien reclamó una verdadera apuesta por el valor de la innovación. Así, lamentó la situación de España en materia de acceso a los nuevos fármacos: “Tenemos una desventaja clara con Francia, Italia y Alemania en los tiempos de acceso a la innovación, y esto claramente debilita el mensaje hacia el exterior para llamar a la inversión. Comenzar a movernos en los mismos tiempos de aprobación y precios que los Estados de la Unión Europea con los que nos comparamos es apostar por la innovación; lo demás es apostar a medias”.

Junto al liderazgo en investigación, López-Belmonte destacó también la capacidad productiva como cualidad de un sector estratégico para la economía del país. “En España tenemos una industria farmacéutica de primer nivel, como ha quedado demostrado durante la pandemia; una de las industrias con mayor tejido productivo, que permitió que durante los meses más complicados de la crisis ningún paciente se quedara sin su medicamento”.

López-Belmonte destacó el compromiso de las compañías farmacéuticas con el anunciado Plan Estratégico para la Industria Farmacéutica, que el Gobierno recoge dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y que debería estar listo en el primer semestre de 2022. Entiende que con un marco estratégico adecuado España puede dar un gran salto adelante en un sector vinculado al conocimiento y la innovación. “Los países que apuestan por la industria que genera conocimiento -señaló- son los que crean más riqueza y empleos de calidad”.

Como ejemplo de la actitud proactiva de la industria en este sentido mencionó el proyecto MedEst [2], que lidera Farmaindustria y que ya se presentó al Ministerio de Industria, con el fin de que se integre en el Perte de Salud de vanguardia anunciado por Presidencia del Gobierno. La iniciativa pretende recuperar para España parte de la producción de medicamentos esenciales que se ha ido desviando en los últimos años hacia mercados asiáticos dada la erosión de precios constante que sufren los fármacos maduros (que ya no tienen protección industrial) en nuestro país. “Una inversión de más de 1.700 millones de euros y la participación de 40 compañías fabricantes de medicamentos y materias primas están implicadas en el proyecto, que esperamos que esté listo para el primer trimestre de 2022, ya que la acogida del Gobierno ha sido muy positiva”, señaló el presidente de Farmaindustria.