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Vacunas: el gran muro de contención ante 25 enfermedades evitables y potencialmente mortales

Gripe, viruela, tétanos, sarampión, poliomelitis… Y así hasta 25 enfermedades contra las que existen más de 40 vacunas desarrolladas que han logrado controlar y evitar los efectos de estas patologías, o incluso erradicarlas en algunos casos. Según datos de la OMS, las vacunas evitan tres millones de muertes al año [1] (60 por hora), 2,5 millones de ellas de niños. Son el gran muro de contención contra estos problemas de salud.

Las vacunas son productos biológicos complejos y muy sofisticados que estimulan la producción por el organismo de anticuerpos frente a un patógeno o un alérgeno y, en consecuencia, generan inmunidad frente a la enfermedad o alergia causada por dicho patógeno o alérgeno.

En la actualidad, la industria biofarmacéutica innovadora trabaja en el desarrollo de más de 260 vacunas para distintas enfermedades [2], según un informe elaborado por la patronal estadounidense, Phrma.

Toda la actualidad referente a esta rama de la medicina será analizada este fin de semana en el IX Simposio de la Asociación Española de Vacunología [3], en Sevilla, en vísperas del comienzo de la campaña de vacunación contra la gripe.

Entre otros asuntos, el foro de esta sociedad científica prevé abordar las vacunas que vienen (Malaria, Ébola o Zika, entre otras), los falsos mitos sobre la inmunización o el pasado, presente y futuro de la vacunación contra la citada gripe.

Campaña contra la gripe

Ante la campaña de este año, el Ministerio de Sanidad ha planteado la necesidad de “aumentar las coberturas de vacunación en profesionales sanitarios” [4], y publica también el listado de grupos de población para los que está recomendada la vacunación contra la gripe. Además de los profesionales sanitarios, la vacuna se aconseja a personas a partir de los 65 años de edad; personas con menos de 65 años de edad que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe; personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones, y sectores profesionales que trabajan en servicios públicos, como seguridad, educación o emergencias.

La pasada primavera, un panel europeo de expertos [5] compuesto por representantes de médicos, farmacéuticos, profesionales de enfermería, políticos y asociaciones de pacientes hicieron público un manifiesto [6] en el que reclaman aumentar la cobertura de la vacunación contra la gripe. Entienden que se tiende a subestimar la gravedad de la enfermedad, que sin embargo causa una gran morbimortalidad, hasta el punto de ser responsable de hasta 70.000 muertes al año en Europa y 650.000 en todo el mundo.

Precisamente, el citado manifiesto pide una batería de medidas dirigidas a potenciar la vacunación, en especial de los grupos de riesgo (personas mayores, mujeres embarazadas y niños) y de los colectivos de profesionales sanitarios. Y propone para empezar tomar conciencia del impacto para la salud que supone actualmente la gripe y potenciar su prevención a través de programas de vacunación dentro de las políticas sanitarias de cada país “que incluyan el establecimiento de objetivos concretos de cobertura vacunal” para la población.

Eficacia preventiva y ahorro

La razón para el éxito de las vacunas se explica por su gran eficacia al prevenir enfermedades potencialmente mortales. Concretamente, las vacunas han permitido, gracias a las campañas de vacunación, la erradicación total del virus de la viruela [7] o que la incidencia global de poliomielitis se haya reducido en un 99%, por lo que se considera al límite de la erradicación.

La vacuna antitetánica, administrada para evitar el tétanos materno y neonatal e introducida en 103 países a finales de 2012, ha protegido frente a la enfermedad a cerca de un 81% de los recién nacidos.

Durante el periodo comprendido entre los años 2000 y 2012, la vacunación del sarampión ha evitado 13,8 millones de muertes. En 2012, cerca de 145 millones de niños fueron vacunados frente al sarampión, enfermedad cuya incidencia y mortalidad se han reducido respectivamente en un 77% y en un 78% desde el inicio del siglo XXI.

De acuerdo con las estimaciones de la OMS, en 2016 se habían vacunado frente al rotavirus a más de 70 millones de niños de los 40 países con menor solvencia económica de todo el mundo.

El 85% de los tumores de cuello de útero provocados por el virus del papiloma humano (VPH) se producen en los países desarrollados. De acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, el uso masivo de las vacunas frente al VPH reduce en hasta un 84% el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix en un período de 4 años.

Y a todos estos avances debe sumarse la reducción de las tasas de morbilidad, discapacidad y mortalidad asociadas con distintas enfermedades como, entre otras, la difteria, la tosferina y la meningitis epidémica por meningococo de tipo A.

De hecho, el éxito de la inmunización es tal que la OMS cifra entre los tres principales riesgos de salud que sufre Europa en la actualidad, además de la obesidad y el tabaquismo, la insuficiente vacunación infantil [8], en buena parte causada por los padres que se niegan a inmunizar a sus hijos.

A la eficacia de las vacunas hay que sumar la eficiencia que generan, en la medida en que facilitan ahorros tanto para los sistemas sanitarios como para la economía de los países en general. El informe El valor del medicamento desde una perspectiva social [9], elaborado por el Instituto Weber con el apoyo de Farmaindustria, recoge amplia evidencia científica internacional en este sentido. Así, el estudio estadounidense que concluye que por cada dólar invertido en vacunación infantil contra la difteria, el tétanos y la tos ferina se ahorran a largo plazo un total de 27 dólares, de los cuales 9 son costes sanitarios directos para el sistema.

Vacunas terapéuticas

El futuro inmediato de las vacunas pasa por la aparición de nuevos productos. Y no sólo por las tradicionales preventivas, sino también por las novedosas vacunas terapéuticas. Estas últimas están en investigación para múltiples enfermedades, como Alzheimer, esclerosis múltiple, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), malaria, determinados tipos de cáncer o ébola.

La industria biofarmacéutica innovadora trabaja en la actualidad en el desarrollo de 264 medicamentos de este tipo tanto para prevenir como para tratar enfermedades con un enfoque inmunológico. En concreto, hay 137 proyectos enfocados a la lucha contra patologías infecciosas, 101 en cáncer, 10 para alergias, cuatro para enfermedades autoinmunes, cuatro sobre Alzheimer y cinco más en otras áreas, según el detallado informe publicado recientemente por la asociación de la industria farmacéutica innovadora estadounidense Phrma.

El desafío de un mejor acceso

El presente de la vacunación viene definido, además de por los numerosos programas de I+D de nuevas vacunas frente a distintas enfermedades, por la necesidad de extender las campañas de vacunación en todas las regiones del mundo. Es cierto que en 2013 el 84% de los niños menores de un año de todo el planeta –esto es, en torno a 111 millones de niños– recibieron vacunas para su protección, un porcentaje notablemente superior al establecido en 1975, de sólo un 5%. Pero también es cierto que aún queda camino por recorrer.

Así, debe esperarse un mayor acceso a las vacunas en las regiones de Asia Sudoriental y África, cuyas tasas de cobertura de vacunación en 2013 se establecieron en, respectivamente, un 77% y un 75%, y, por tanto, muy inferiores a las alcanzadas en la región del Pacífico Occidental y Europa y en la región de las Américas, del 96% y del 90%.