[1]Encarnación Cruz (Biosim), Juan López-Belmonte (Farmaindustria), Jesús Aguilar (CGCOF), Matilde Sánchez (Fedifar), Mar Fábregas (Aeseg), Alberto Bueno (Anefp), en el Congreso Nacional Farmacéutico celebrado en Sevilla.
“La farmacia comunitaria es imprescindible para conseguir un uso adecuado del medicamento. Es un producto delicado, cada vez más de precisión, y su uso eficaz es crítico para la salud del paciente y para la eficiencia del sistema”. Con estas palabras, el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, que ha participado este miércoles en el Congreso Nacional Farmacéutico que se está celebrando esta semana en Sevilla, destaca la labor de estos establecimientos sanitarios en el objetivo común de todo el sector del medicamento de conseguir que estos lleguen a los pacientes en las mejores condiciones de seguridad y eficacia.
“Podemos desarrollar el mejor medicamento, pero no servirá si no llega al paciente que lo necesita”, sostiene López-Belmonte: “Desde la industria tenemos claro que este trabajo de colaboración es imprescindible. Que el medicamento llegue al paciente en las mejores condiciones y que le ayudemos a utilizarlo como debe son objetivos primordiales. Hablamos de acceso, de seguridad, de eficiencia y, sobre todo, de salud”.
El presidente de Farmaindustria pone como ejemplo de cooperación la labor llevada a cabo durante la pandemia por las compañías farmacéuticas y el resto de los agentes sanitarios para lograr que todos los pacientes españoles tuvieran su medicamento disponible: “La cadena de distribución y dispensación de la que disponemos en España es sólida, segura y da confianza a la población. La prueba de esfuerzo extraordinaria que ha supuesto la pandemia, con riesgo elevado de que se produjeran desabastecimientos, muestra la fortaleza de nuestro modelo”.
Sigre y SEVeM, iniciativas de colaboración conjunta
Además de esta labor durante la pandemia, resalta dos iniciativas más de colaboración en beneficio de los pacientes. Una es la iniciativa Sigre [2], el sistema de gestión puesto en marcha en 2001 por las compañías farmacéuticas, los distribuidores y las oficinas de farmacia “y que, con la implicación de los ciudadanos, ha conseguido una conciencia de prevención en todo el sector, que se traduce en medidas orientadas a la economía circular”.
El otro ejemplo es el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SEVeM) [3], en el que, gracias al trabajo conjunto del sector, España ha convertido un mandato europeo en una prueba de la capacidad de diálogo y cooperación entre industria, distribución y oficina de farmacia para desarrollar con rapidez y eficacia una plataforma que aporta aún mayor seguridad al paciente.
“Son iniciativas de éxito, sustentadas en la cooperación y el beneficio de la sociedad en general y del paciente en particular. Desde la industria tenemos claro que este trabajo de colaboración es imprescindible, y debemos perseverar en detectar nuevas necesidades y responder a ellas”, subraya el presidente de Farmaindustria.