Notas de Prensa

I+D y formación siguen siendo las bases de la colaboración entre la industria farmacéutica y los profesionales sanitarios

16:35 Farmaindustria
Las compañías adheridas al Código de Transparencia de Farmaindustria publican, por segundo año, las colaboraciones con agentes del sector
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Madrid, 29.06.2017 | Descargar PDF

En 2016, la industria farmacéutica asentada en España invirtió aproximadamente 194 millones de euros en contratos con organizaciones y profesionales sanitarios para desarrollar proyectos de I+D. Adicionalmente, contribuyó con 112 millones de euros en ayudas a profesionales sanitarios para que pudieran acudir a reuniones y congresos científicos-profesionales; asimismo, las organizaciones sanitarias organizadoras de este tipo de eventos contaron con un apoyo de 81 millones de euros. En líneas generales, las cifras se mantienen estables en relación con el año anterior, primero en el que se publicaron estas colaboraciones en investigación y en formación médica, que son pilares esenciales para apuntalar el sistema de I+D de nuevos medicamentos en España.

La publicación de estos datos es consecuencia de la iniciativa de transparencia europea que han adoptado las compañías adheridas al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España. En estos últimos días de junio, como ya hicieron el año pasado por las mismas fechas, las compañías farmacéuticas han procedido a publicar en sus sitios web las transferencias de valor derivadas de las colaboraciones realizadas en 2016 con organizaciones y profesionales sanitarios. A los citados ámbitos de investigación y de formación se suman otros dos conceptos: la prestación de servicios profesionales, ya sean individuales o de organizaciones, por un valor de 79 millones de euros, y la concesión de donaciones, que sólo puede realizarse a organizaciones sanitarias y que sumó 35,5 millones.

La interacción entre industria farmacéutica y organizaciones y profesionales sanitarios es fundamental para la investigación de nuevos medicamentos y para el uso adecuado de los mismos. Esta colaboración genera una dinámica positiva para todos: profesionales, que actualizan y mejoran sus conocimientos sobre medicamentos; industria, que se beneficia de la experiencia clínica y científica de los sanitarios; sistema sanitario, que dispone de profesionales a la vanguardia del conocimiento y la investigación biomédica internacional, así como de constantes mejoras farmacológicas, y pacientes y sociedad en general, receptores directos de la oferta de servicios sanitarios.

Desde el año 2002, la industria farmacéutica dispone de un Código de Buenas Prácticas, que regula las relaciones entre la industria y las organizaciones y profesionales sanitarios para introducir rigor, objetividad e independencia en dichas relaciones, lo que evita a su vez la competencia desleal entre las compañías. Este Código viene siendo actualizado periódicamente con la incorporación de mejoras derivadas de la experiencia en su aplicación así como de las exigencias de nuestra sociedad. La publicación de las colaboraciones con profesionales y organizaciones, fruto de una nueva modificación del Código llevada a cabo en 2014, obedece a ese espíritu, que pretende también generar confianza en la sociedad sobre lo importante que son estas relaciones.

Desde que el año pasado se produjo la primera publicación, instituciones públicas, como el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y privadas, como Transparencia Internacional España, han reconocido el valor de la iniciativa.

En la presente publicación de datos, correspondiente a 2016, siguen coexistiendo datos agregados e individualizados (en función del consentimiento o no de los propios profesionales), pero en la siguiente publicación, que tendrá lugar en junio de 2018 con datos de 2017, la totalidad de estas colaboraciones se harán públicas de forma individualizada en aras de alcanzar la máxima transparencia. En cualquier caso, el porcentaje de transferencias de valor publicadas de forma individualizada ya ha crecido de forma significativa, del 20% al 35%, entre 2015 y 2016, un incremento que responde al creciente conocimiento y refrendo de los profesionales sanitarios de la iniciativa de transparencia adoptada por la industria farmacéutica con actividad en España.

Liderazgo en I+D

La inversión del sector en I+D durante 2016 le mantiene como líder industrial absoluto en este ámbito en España, con 1.085 millones de euros (un 8% más que en 2015). De esta cantidad, el 45% (unos 493 millones) se destinó a contratos de investigación extramuros, fundamentalmente con el ámbito público (centros de investigación, hospitales, universidades y otros organismos), lo que convierte a la industria farmacéutica en el principal impulsor de la colaboración público-privada biomédica en nuestro país.

Los 194 millones de euros en contratos de I+D con profesionales y centros ahora publicados suponen cerca del 40% del montante total de estas colaboraciones externas y hacen referencia a colaboraciones para el diseño o ejecución de estudios preclínicos, ensayos clínicos y estudios de postautorización. El resto de inversiones extramuros incluyen conceptos tales como los contratos de investigación preclínica en los que no intervienen profesionales sanitarios o el suministro de medicación gratuita para los ensayos clínicos y su monitorización.

“La importante apuesta que hace la industria farmacéutica por mantener la excelencia investigadora ha consolidado a España como uno de los países con mejores condiciones de toda Europa para albergar ensayos clínicos, y en particular en las primeras fases, que son las más complejas y permiten a su vez el acceso temprano a las nuevas terapias por parte de los pacientes, que resultan así los principales beneficiados por este modelo”, sostiene el presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo.

Formación científica

Por otro lado, los 112 millones con los que la industria farmacéutica contribuye a la formación científica y clínica de los profesionales (una cifra algo inferior a los 119 de 2015) muestran la voluntad del sector de que los sanitarios españoles continúen al más alto nivel en conocimiento, especialmente importante en el campo de la salud, por el rápido avance en la investigación biomédica y los nuevos tratamientos. Las actividades científicas y los congresos y reuniones científico-profesionales son el instrumento clave para ello y la industria farmacéutica está comprometida con que éstos sean posibles.

En 2016 el sector apoyó, asimismo, a organizaciones sanitarias para la celebración de este tipo de actividades con 81 millones de euros, lo que supone un incremento del 23% respecto al año anterior. “El aumento de este capítulo muestra el compromiso de la industria con las distintas organizaciones sanitarias y sociedades científicas, que son agentes esenciales para el sostenimiento de nuestro modelo de I+D de medicamentos innovadores y la orientación en materia de formación, y que constituyen además una garantía de independencia de estas actividades”, destaca Acebillo. Y agrega que “la labor que en este ámbito desarrollan las sociedades contribuye a que los médicos españoles ostenten un nivel de excelencia que ha sido reconocido tanto a nivel nacional como internacional y a que desempeñen una actividad asistencial que es altamente valorada por los ciudadanos”.

El 93,4% de las ayudas que destina la industria farmacéutica en España a profesionales sanitarios se ofrece a médicos. El país cuenta con 217.912 médicos en ejercicio, según datos oficiales del INE referidos a 2016, y un gran número de ellos se benefician de estas actividades científicas apoyadas por la industria.

Cabe destacar que sólo la inscripción media a un congreso científico de ámbito nacional es de 600-700 euros, cantidad que puede verse incrementada si la reunión es de carácter internacional. El pasado año, según datos de Farmaindustria, el 76% de las reuniones en las que la industria farmacéutica colaboró fueron nacionales, mientras que el restante 24% fueron reuniones internacionales.

Los congresos son de gran importancia para mantener al médico al día de los avances en su especialidad, y cada año miles de especialistas acuden a estas citas científicas tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Sin ir más lejos, el reciente congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica ha reunido en Chicago a más de 38.000 facultativos, mientras que en España los asistentes a los congresos de las principales sociedades de Atención Primaria, por ejemplo, superan en conjunto los 7.000 asistentes.

Para el presidente de Farmaindustria, “todo el sistema sanitario, y en especial, como es lógico, los pacientes, se beneficia de que los especialistas mantengan sus conocimientos actualizados y conozcan cuáles son las principales novedades en cada área terapéutica; sin olvidar que la participación activa en congresos puede abrir la puerta a la participación de los centros españoles en ensayos clínicos internacionales, lo que al mismo tiempo atrae importantes inversiones y hace posible un acceso temprano de los pacientes a los nuevos tratamientos”. “En este contexto –añade–, desde Farmaindustria entendemos que la industria farmacéutica debe cooperar con la Administración sanitaria y organizaciones y profesionales para que la formación de los especialistas sea la mejor posible en beneficio del conjunto de la sociedad”.

Valor de la experiencia clínica

Los pagos a profesionales y organizaciones por prestación de servicios sumaron 79 millones de euros en 2016, un 10% menos respecto a 2015. Se refieren a asesoramiento, consultoría y ponencias en congresos e implican una remuneración (que en su caso incluye los gastos de desplazamiento y manutención); sus características y requisitos están delimitados en el Código de Buenas Prácticas.

Estas actividades permiten a la industria farmacéutica conocer el comportamiento en la práctica clínica de los medicamentos, una experiencia que sólo atesoran los profesionales sanitarios. A partir de ahí las compañías pueden mejorar la seguridad y eficacia de los tratamientos o detectar nuevas necesidades, lo que resulta muy beneficioso para el abordaje de las enfermedades, para la eficiencia del sistema y, en especial, para aportar soluciones al paciente.

Por último, la industria farmacéutica hizo donaciones y dio subvenciones a organizaciones sanitarias que prestan servicios de asistencia sanitaria social o humanitaria por valor de 35,5 millones de euros, lo que representa un incremento del 8% en relación con el ejercicio anterior. Estas aportaciones deben responder a peticiones de las propias organizaciones y son desinteresadas, pues, tal y como recoge el Código de Buenas Prácticas, no pueden constituir un incentivo para “la recomendación, prescripción, compra, suministro, venta o administración de medicamentos”. Este tipo de ayudas revisten diversas formas: desde aportaciones dinerarias para proyectos de investigación hasta donaciones de medicamentos a instituciones humanitarias.

Más transparencia, más confianza

La publicación de las colaboraciones entre industria farmacéutica y organizaciones y profesionales sanitarios, que se consolida ahora al hacerse por segundo año, es un paso más en la apuesta de la industria farmacéutica por la transparencia, vinculada al Código de Buenas Prácticas y materializada en 2002 con la creación del Sistema de Autorregulación moderno.

Encuadrada en una iniciativa de ámbito continental adoptada por la Federación Europea de las Asociaciones e Industria Farmacéutica (EFPIA) -a la que pertenece Farmaindustria-, la publicación de las colaboraciones pretende mostrar a la sociedad el valor e importancia de unas relaciones indispensables para el avance científico y prevenir los potenciales conflictos de interés que se puedan generar en los profesionales. Tales relaciones deben estar basadas siempre en la objetividad, el rigor y la independencia, principios por los que vela el Código de Buenas Prácticas, que viene adaptándose periódicamente a las exigencias de la práctica médica y de una leal competencia.

“La investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y su uso adecuado no serían posibles sin la estrecha colaboración entre industria, sistema de salud y organizaciones y profesionales sanitarios –afirma Jesús Acebillo-. La iniciativa de transparencia nos permite a organizaciones, profesionales y laboratorios mostrar el valor e importancia de esta colaboración y reforzar la confianza de la sociedad, y en particular de los pacientes. Ganamos todos”.

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